Wednesday, July 29, 2009

Danilo Norori


Danilo Norori graba su Obra Musical


Frank Cortés
Managua

Para Danilo Norori se puede decir que todo empezó como jugando, cuando siendo un adolescente se involucró por curiosidad en un programa para jóvenes. De esa experiencia histórica recién acaba de sacar a luz su primer disco compacto, del cual ya fueron prensadas 250 unidades.

Pero veamos cómo inicia esta Obra Musical de Danilo, la cual está llena de nostalgia, ya que inicia con el grupo «8 de Noviembre», fecha en que cae en combate en la selva de Zinica el fundador del FSLN, Carlos Fonseca Amador.

En esa época recuerda Danilo que apenas empezaba la etapa de su vida artística cuando cae preso por cantar, y su guitarra es destruida por la Guardia Nacional. Ese hecho histórico sucedió en lo que hoy se conoce como el Municipio de Ciudad Sandino, pero fue gracias a Dios y a las gestiones que realizaron las monjitas de la Orden Maryknol, que logró su libertad.

Recuerda el autor de «Solo por hoy», que esas monjitas posteriormente fueron asesinadas en El Salvador.

Luego de esa pequeña historia entramos en materia, es decir, en lo que es el trabajo discográfico de Danilo, quien nos dice: «yo canto lo que pienso y me acompaño con mi guitarra». Palabras que de inmediato nos hicieron recordar al inmortal cantautor chileno Víctor Jara.

«De esa curiosidad juvenil que tuve, logré sacar una riqueza cargada de sensibilidad humana. Es por eso que en medio de todas estas actividades he llegado a la conclusión de que la canción es un instrumento que sirve para transformar a las personas. El arte se expresa desde el fondo del alma y es una forma de llegar al pueblo sea para hacerlo bailar o recordarle una época llena de nostalgia», expresó Norori.

Pero fue en la década de ochenta cuando el cantautor nicaragüense empieza a dar sus primeros frutos haciendo e interpretando sus propias canciones. Esa fue la época en que el arte floreció en Nicaragua con talleres de pintura, poesía, danza, teatro, música, etc. Fue la década en que los artistas nacionales contaron con más apoyo.

En esa década Danilo Norori viajó hasta la República de Corea representando a Nicaragua y en esa ocasión se presentó ante más de 25 mil personas. Pero luego vino la derrota electoral del Frente y el apoyo que tenía el arte desapareció.

«Ese fue un momento bien difícil para mí, fue un golpe duro, sentí como que mi alma se apagaba para siempre, honestamente te digo yo me sentía desmoralizado, creo que sin la ayuda de Dios y de mis amigos me hubiera muerto, gracias a ellos es que aún estoy vivo», refirió Danilo con sus ojos invadidos por las lágrimas.

El cantautor, con palabras entrecortadas y tratando de contener sus lágrimas, dijo: «Esa situación casi me lleva a la tumba, sentí que mis aspiraciones estaban liquidadas, había perdido mi norte y hasta mi guitarra, busqué a Dios y le pedí ayuda y creo que esa ayuda que el Creador me mandó, es la que mis amigos me brindaron», indicó Danilo.

Pero es hasta 1997 que Norori vuelve a tener una guitarra entre sus manos, la cual se la prestó uno de sus hermanos, ya que la suya por el tiempo se le había destruido. Entonces empieza de nuevo a travesearla, a enamorarla y es durante esa etapa que Danilo va reflexionando y pensando en los jóvenes y sus familiares que están siendo atrapados por la droga, y es aquí donde nacen estas Obras Musicales.

La idea inicial de Danilo era grabar solamente dos temas musicales que eran «El Flayero» y «Por una chingastito», pero se encontró con Arnulfo Oviedo, quien de inmediato empezó a hacer los arreglos de las canciones.

«Después de haber hablado con Arnulfo es que empiezo a buscar músicos para iniciar los ensayos y así llegar bien afilados al estudio de grabación y ahorrar un poco de dinero a la hora de grabar, pero que va, sobrepasamos el presupuesto que teníamos», indicó el también autor de la canción «La Familia real».

Durante este tiempo -continuó diciendo Danilo- «los amigos que ya nos habían escuchado antes de entrar al estudio de grabación, regaron la noticia en El Salvador, Guatemala y Costa Rica. En Guatemala un amigo nuestro se dio cuenta y éste a su vez le platicó del proyecto a un amigo suyo sin darse cuenta que éste tenía un estudio de grabación y de inmediato nos llamó para que nos trasladáramos hasta la ciudad del Quetzal al Estudio Grabación Audiodata».

El trabajo musical del cantautor nacional es el único que se ha presentado en Nicaragua y en varios países de América Latina. Sus colegas han reconocido el tremendo trabajo realizado por la «Cantarapia» de Danilo Norori.

La calidad musical e interpretativa y el mensaje que transmite en cada una de las canciones mediante la historia que Danilo va interpretando, golpea hasta al más insensible. Norori logra atrapar con sus canciones y su lírica hasta a aquellos que no digieren mucho la música acústica y eso se debe a su rítmica armonía.

Este disco es parte de una oferta que Danilo hace a los jóvenes a través de sus canciones, mediante las cuales aborda la temática de defender la vida. Son doce canciones que deben servir para hacer reflexionar a quienes piensan que todo está perdido para ellos y su familia, quienes en su desesperación se vuelven adictos a la droga.

«La Cantarapia es parte de un proyecto mayor, es la punta de lanza de la Asociación de Hogares sin Droga, que tiene varios proyectos dirigidos sobre todo a la juventud. Las autoridades entregaron recientemente a esta organización su Personería Jurídica. Este organismo No Gubernamental está siendo impulsado por el cantautor nacional Danilo Norori y los licenciados Eduardo Fonseca, Leonor Gutiérrez, Norma López, Patricia Lindo y otros colaboradores.

«Quiero agradecer -dijo Danilo- «al Dios bondadoso que ha hecho posible la realización de este proyecto. A Leonor por tanto amor, sabiduría y paciencia... a Dánelis y Danilo. A María del Pilar, Leonor, Aracely y Mauricio. A mi querido y reconocido padre. A mi madre. A mis hermanos biológicos; mis hermanos de confraternidad, especialmente a Vilma M. Guayo, Marvin, Frank, Norma, Ricardo, Julio, Jerry y Mauricio. A María Ivette Fonseca, de la organización SAVE THE CHILDREN de Noruega, a Tránsito, René y Alejandro. Los títulos de las doce canciones son: «Por una chingastito», «Querer es poder...poder querer», «Estando allá, estás aquí», «El Flayero», «Sigamos viniendo», «Poco a poco», «Qué tendrá la Princesita», «Diez», «La Familia real», «Encuentro cercano...de todo tipo», «El clon» y «Solo por hoy».


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